Como sucede con todos los demás rituales judíos, el encendido de las velas de Janucá va de acuerdo a un orden específico y tiene bendiciones que lo acompañan.
En la primera de las ocho noches de Janucá, sólo dos velas son colocadas en la menorá de Janucá (también conocida como Janukiá): el shammash, o vela “ayudante”, que tiene su propio lugar designado (usualmente en el centro), y otra vela. Cada noche, otra vela es añadida para que así en la octava y última noche de Janucá, nueve velas (el shammash más las otras ocho) estén encendidas.
Las velas se colocan en la Menorá de derecha a izquierda (así como el hebreo es escrito de derecha a izquierda), pero son encendidas de izquierda a derecha. La vela shammash es siempre la primera en ser encendida, y es usada para encender las demás, empezando con la que esté más a la izquierda. (Piensa en ello como en encender la vela que representa la noche más nueva primero.)
Antes de encender las velas (pero después de colocarlas en la menorá), recitamos estas tres bendiciones:
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ברוך אתה יי, אלוהינו מלך העולם, אשר קידשנו במצוותיו, וציוונו להדליק נר של חנוכה
Baruj ata, Adonai Eloheinu, Melej haolam, asher kid’shanu b’mitzvotav v’tsivanu l’hadlik ner shel Januca.
Bendito eres Tú,
Nuestro Dios, Rey del Universo,
que nos ha santificado con Sus
preceptos
y nos ha ordenado
encender la vela de Janucá.
ברוך אתה יי, אלוהינו מלך העולם, שעשה נסים לאבותינו, בימים ההם בזמן הזה
Baruj ata, Adonai Eloheinu, Melej haolam, she-asa nisim la’avoteinu bayamim hahem bazman haze.
Bendito eres Tú,
nuestro Dios, Rey del Universo,
que realizó milagros para nuestros
antepasados
en aquellos días
en esta época.
(La primera noche solamente):
ברוך אתה יי, אלוהינו מלך העולם, שהחיינו, וקיימנו, והגענו לזמן הזה
Baruj ata, Adonai Eloheinu, Melej haolam, shehejeyanu, v’kiyimanu, v’higiyanu lazman haze.
Bendito eres Tú,
nuestro Dios, Rey del Universo,
que nos ha mantenido con vida,
nos sostuvo y nos ha permitido llegar a esta ocasión.