No estamos solos: este es el mensaje fundamental del judaísmo acerca de la muerte y el duelo. Cada ley y cada costumbre del luto y el consuelo judíos tienen, en su núcleo, el deseo supremo de rodear a los que están muriendo y los que pasarán el duelo, con una comunidad solidaria. Aunque algunos pueden argumentar que enfrentarse a la muerte y enfrentar el duelo aumenta la sensación de soledad, el enfoque judío coloca la pérdida y el dolor en el contexto comunitario de la familia y los amigos.
Los que consuelan en están obligados a atender las necesidades de los dolientes. Por ejemplo, dado que una familia sentada en shive [siete días de duelo después de la muerte] no debe preparar comidas, es responsabilidad de la comunidad alimentarlas. Algunas personas envían comidas preparadas que compran a servicios locales, y muchos periódicos judíos publican anuncios de “charola de shive” a la venta. Con nuestras vidas ocupadas y frenéticas, definitivamente es conveniente recurrir a estos servicios. Sin embargo, la comida preparada y/o entregada en persona se considera un acto de bondad más tradicional. Generalmente no se envían i entregan licor, dulces o flores. Una donación a una organización benéfica designada por los dolientes sería otra forma adecuada de honrar a los difuntos, al tiempo que sirve de consuelo a los dolientes.
Para acto de consuelo, hacer una visita de shive es uno de los actos de condolencia más importantes. Pero con demasiada frecuencia, quienes visitan la casa de un doliente no están seguros de qué constituye un comportamiento apropiado. David Techner, director de funerales de la Capilla Ira Kaufman en Detroit y un destacado experto en el tema, indica que muchas personas no tienen la menor idea siquiera de por qué se hace la visita de shive. La gente necesita preguntarse: ‘¿qué estoy tratando de hacer?’ Cuando la gente dice cosas como ‘Al menos no está sufriendo,’ ¿a quién están tratando de hacer sentir cómodo? Ciertamente no al doliente. La gente dice cosas así para no tener que lidiar con el dolor del duelo. El comentario es para ellos, no para el deudo.”
En mis entrevistas con rabinos, directores de funerarias, psicólogos y expertos laicos para mi libro, A Time to Mourn, A Time to Comfort, descubrí que el acto de consolar al doliente es un arte que se está perdiendo de forma acelerada. No sabemos qué hacer, muchas personas evitan hacer una visita de shive por completo. No sabemos qué decir, muchas personas dicen cosas que son más perjudiciales que útiles. No sabemos cómo actuar, por lo que a menudo el ambiente es más festivo que reflexivo.
El problema se ve agravado por los dolientes y sus familias que no saben cómo establecer un tono apropiado. Muchas celebraciones se han convertido en fiestas, con mucha comida, bebida y charla. Por supuesto, hay alternativas. En algunas casas en shive, el minián [servicio de oración con al menos 10 judíos, donde el doliente dice Kadish, la oración conmemorativa] se convierte en el foco del evento. Durante el servicio [o justo antes y justo después], se recuerda la vida del fallecido con historias y anécdotas.
Consejos prácticos para hacer una visita de shive
Cualquiera que sea el tipo de hogar en shive que encuentre, hay algunas pautas básicas para hacer una visita.
Decida cuándo visitar. Ponga atención en el funeral para saber los horarios en que los dolientes recibirán invitados. Por lo general, las opciones son inmediatamente después del funeral, alrededor del minián, por las noches y las mañanas, o durante el día. Si desea visitar en otro momento, puede llamar con anticipación. Algunos visitantes experimentados eligen visitar hacia el final de la semana, cuando a menudo es más difícil reunir un minián.
Vista apropiadamente. La mayoría de las personas se visten como si asistieran a un servicio de la sinagoga. Dependiendo del área del país, una vestimenta más informal podría ser apropiada.
Lávese las manos. Si está de visita inmediatamente después del funeral, es probable que vea una jarra de agua, lavabo y toallas cerca de la puerta. Es tradicional lavarse ritualmente las manos al regresar del cementerio. Esto refleja la creencia de que el contacto con los muertos hace que una persona sea “impura.” No hay ninguna bendición que decir para este acto.
Simplemente entre. No toque el timbre. La puerta de entrada de la mayoría de las casas en shive se deja abierta o emparejada, ya que todos están invitados a consolar a los dolientes. Esto elimina la necesidad de que los dolientes abran la puerta. En un nivel práctico, evita el constante sonido molesto del timbre.
Lleve la comida a la cocina. Si trae comida, llévela a la cocina. Por lo general, habrá alguien allí para recibirlo. Identifique la comida como carne, lácteos o pareve [ni carne ni lácteos]. Asegúrese de poner su nombre en una tarjeta o en el contenedor para que los dolientes sepan quién hizo el regalo. También ayuda marcar cualquier olla o cacerola con su nombre si desea recuperarlos más tarde.
Vaya a donde están los dolientes. Vea a los dolientes lo más pronto posible. ¿Qué decir? La tradición sugiere estar en silencio, permitiendo que el doliente abra la conversación. Simplemente ofrecer un abrazo, un beso, un apretón de manos, un brazo alrededor del hombro dice mucho. Si desea abrir una conversación, comience con un simple “Lo siento” o “No sé qué decir. Esto debe ser realmente difícil para ti” o “Sentí mucho escuchar sobre
_______.” Asegúrese de nombrar al difunto. ¿Por qué? Porque una de las formas más poderosas de consolar a los dolientes es alentarlos a recordar al difunto.
Recuerde algo personal: “Me encantaba _______. ¿Recuerdas las veces que fuimos de vacaciones juntos? Ella te amaba mucho.” No le diga a la gente que no llore o que lo superarán. El llanto es una parte normal del proceso de duelo. Y, como la mayoría de las personas que han sufrido un duelo lo podrán decir, nunca se “supera” una pérdida, solo se acostumbra a ella.
Pase unos minutos, máximo 10, con los dolientes. Habrá otros que también quieren hablar con ellos, y siempre puede volver más tarde. Si usted es el único visitante, entonces, por supuesto, pase todo el tiempo que desee.
Participe en el servicio. Si se realiza un servicio de oración durante su visita, participe en la medida de lo posible. Si no conoce el servicio, siéntese o póngase de pie respetuosamente mientras este está en curso. Si el rabino o el que conduce el servicio le pide historias sobre el difunto, no dude en compartir una, incluso si es algo gracioso. Todo el propósito de la shive es enfocarse en la vida de la persona que ha muerto y su relación con la familia y los amigos en esa habitación.
Si lo invitan, coma. Siga el ejemplo de los dolientes. En algunos hogares, no se ofrecerán alimentos, ni se debe esperar comer nada. En otros, especialmente después del funeral, se pueden ofrecer alimentos. Asegúrese de que los dolientes ya hayan comido antes de acercarse a la mesa. Al asistir a un minián por la mañana, es probable que lo inviten a tomar un pequeño desayuno. Después del anochecer, puede o no servirse café y pastel. En cualquier caso, si le invitan a comer, sea moderado en su consumo. Normalmente, no se espera que los invitados coman con la familia durante la shive.
Hable con sus amigos. Inevitablemente, se encontrará con otros amigos y conocidos en una casa de luto. Su instinto natural será preguntar acerca de ellos, compartir el último chiste, chismorrear sobre deportes o política. Puede estar parado con un plato de comida y una bebida, y si no sabe de lo que se trata, se sentiría como en una fiesta. Pero el propósito de la shive es consolar a los dolientes. Estás en el hogar para formar parte del minián comunal.
El tema de conversación apropiado es el difunto. Recuerde su relación con los dolientes y con usted mismo. Por supuesto, como la naturaleza humana es lo que es, tendemos a caer en nuestros modos normales de comunicación social. Esto no es necesariamente malo; sin embargo, hay que tener cuidado para evitar el humor estridente, las bromas insípidas, las conversaciones ruidosas y los chismes.
No te quedes demasiado tiempo. Una visita de shive no debería durar más de una hora. Si se realiza un servicio, venga unos minutos antes y quédese unos pocos después. Los deudos informan uniformemente cuán agotados están por la experiencia de shiva; no se quede más de lo esperado.
Diga adiós. Cuando esté listo para irse, es posible que desee desear a la afligida buena salud y fortaleza, larga vida y otras bendiciones. La despedida formal a un doliente es la misma frase hebrea ofrecida en la tumba y en la sinagoga el viernes por la noche: “Que Dios te consuele entre los otros dolientes de Sión y Jerusalén.”
Una vez más, el mensaje del judaísmo es “no estamos solos.” De hecho, la práctica judía tradicional requiere un minián de 10 para recitar la oración de Kadish. El duelo personal se ve así en el contexto total de la comunidad. Ha-Makom es un nombre de Dios que literalmente significa “el lugar,” refiriéndose a la naturaleza omnipresente de Dios, incluso en los ciclos de vida desde el nacimiento hasta la muerte. Solo Dios puede otorgar un consuelo duradero. El que asiste a dar el pésame llega para recordarle a los dolientes que los poderes divinos del universo les permitirán sanar y continuar con una vida significativa. El mayor consuelo proviene sólo del Dios omnipresente.
Lo genial del proceso judío de duelo judío es que permite a la comunidad servir como compañeros de Dios en ofrecer consuelo a quienes lloran. Al hacer una visita de shive de una manera apropiada y tradicional, somos el medio a través del cual se puede invocar el consuelo de Dios. Al aprender el arte de lidiar con la muerte, estamos, de hecho, aprendiendo un aspecto importante del arte de la vida judía.
To read this story, “How To Make a Shiva Call,” in English, click here
Reproducido con permiso de Wrestling with the Angel: Jewish Insights on Death and
Mourning, editado por Jack Riemer.
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