Las fuentes de donde surgen de las posturas tradicionales del judaísmo acerca de la homosexualidad y los asuntos relacionados con ella son bien conocidas. Dos versículos en Levítico (Levítico 18:23 y Levítico 20:13) expresan una condena inequívoca del sexo homosexual masculino (aunque no está claro si a lo que se refiere es el acto sexual o todos los actos sexuales entre hombres). De acuerdo con Levítico 20:13: “Si un hombre se acuesta con un hombre como se acuesta con una mujer, ambos han cometido una abominación; seguramente morirán; su sangre caerá sobre ellos.”
Como es evidente por su lenguaje, la prohibición bíblica no se extiende a los actos homosexuales femeninos, aunque los comentaristas posteriores desaprobaron el lesbianismo. Una fuente rabínica asocia la homosexualidad femenina con las actividades de los egipcios y los cananeos, de los cuales se supone que los judíos deben abstenerse. Otras autoridades describen el lesbianismo como lascivo o promiscuo, pero no lo consideran una ofensa capital. Los versículos del Levítico también implican que es el acto sexual homosexual, no la persona homosexual, lo que se aborrece.
Se ha prestado mucha atención a la palabra “abominación” (to’evah en hebreo). Aunque la terminología parece insensible, la misma palabra se usa en Deuteronomio 14:3 en referencia a animales prohibidos. Varias fuentes tradicionales templan la aspereza de la “abominación” al citar la falta de potencial procreativo como la razón de la naturaleza abominable del acto homosexual. Curiosamente, el libro medieval Sefer HaHinuch compara el sexo homosexual con casarse con una mujer estéril.
No obstante, la posición judía tradicional sobre la homosexualidad sigue siendo difícil para muchos judíos de mentalidad liberal, y las denominaciones liberales han debatido hasta qué punto los gays y las lesbianas pueden integrarse plenamente en las comunidades religiosas.
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El primer paso, y el menos controvertido, el que adoptaron por los movimientos conservador, reconstruccionista y reformista fue respaldar la igualdad civil para gays y lesbianas. El CCAR, el consejo rabínico del movimiento reformista, tuvo un papel temprano y activo en la lucha por los derechos de los homosexuales. En 1977 redactó un llamado a despenalizar el sexo homosexual y poner fin a toda discriminación basada en la orientación sexual.
Pero, ¿cómo ignorar la prohibición bíblica aparentemente absoluta contra la homosexualidad?
Muchos que buscan lograr derechos religiosos plenos para gays y lesbianas señalan a los estudios que apuntan a la naturaleza involuntaria de la homosexualidad. El término halájico (legal) ahnoos se refiere a alguien a quien, aunque se le ordenó hacer algo, no tiene realmente ninguna elección en el asunto. En el judaísmo, uno sólo es responsable de las bligaciones religiosas que uno puede elegir libremente cumplir. Por lo tanto, algunas autoridades judías han argumentado que dado que la homosexualidad no es una elección, su expresión no puede prohibirse.
De hecho, el movimiento reformista no condena el sexo homosexual, y las personas abiertamente homosexuales son elegibles para ser admitidas en las escuelas rabínicas reformistas. Además, el movimiento reformista aprueba la oficiación rabínica en matrimonios del mismo sexo y ceremonias de compromiso.
Daniel Siegel, el Director Rabínico de ALEPH: Alliance for Jewish Renewal, ha respaldado específicamente el matrimonio entre personas del mismo sexo porque cree que la santidad no debe limitarse sólo a ciertas personas y ciertas relaciones. De manera similar, en el judaísmo reconstruccionista el matrimonio entre personas del mismo sexo se considera un valor religioso. Tomando esto como punto de partida, Rebecca Alpert, una rabina reconstruccionista, ha argumentado que la negativa del gobierno a reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo viola las libertades religiosas.
Algunos rabinos dentro del movimiento conservador también citan el concepto de ones (en el que un individuo no tiene ninguna opción real) al permitir el sexo homosexual. En diciembre de 2006, el Comité de Leyes del Movimiento Conservador votó a favor de aceptar dos teshuvot (posiciones) contradictorias sobre la homosexualidad en la halajá, una reafirmando el status quo y otra afirmando el cambio. El resultado de la votación es que los rabinos, las sinagogas y otras instituciones conservadoras pueden optar por continuar sin permitir las ceremonias de compromiso y no contratar a rabinos y cantores abiertamente homosexuales o lesbianas, o pueden optar por hacerlo. Ambas posiciones se consideran válidas. La decisión también allanó el camino para el movimiento que pretende ordenar rabinos abiertamente homosexuales.
En los últimos años, también ha habido una mayor conciencia de la presencia de homosexuales y lesbianas en las comunidades judías más tradicionales. Existen numerosas organizaciones y grupos de apoyo para judíos homosexuales que están interesados en mantener un estilo de vida judío tradicional. Steven Greenberg, un educador judío gay que fue ordenado como rabino ortodoxo, escribe y da conferencias sobre las posibilidades de gays y lesbianas dentro de la comunidad ortodoxa. Finalmente, Trembling Before G-d, un documental de 2009 aclamado por la crítica sobre judíos ortodoxos homosexuales, ha tenido un impacto significativo en la concienciación sobre la homosexualidad en el mundo ortodoxo.
Sobre los transgénero
Otro desarrollo importante en la segunda década del siglo XXI ha sido la creciente aceptación y apoyo de las personas transgénero, aquellas que se identifican como un género diferente al que nacieron. La conciencia judía de la comunidad transgénero se hizo eco de discusiones más amplias en la cultura popular estadounidense, impulsadas por la muy pública transición de género del famoso atleta Bruce (Caitlyn ahora) Jenner y la popular serie Amazon Transparent, sobre una familia judía en la que el padre transiciona a mujer.
El movimiento reformista emitió en 2015 una resolución expresando su apoyo a los derechos de las personas transgénero, y meses después el movimiento conservador emitió una similar. Además, muchas instituciones judías, incluidos los campamentos de verano, han comenzado a dar pasos para acoger y dar la bienvenida a los judíos transgénero. Como informó JTA en abril de 2016, “incluso en el mundo ortodoxo, que presenta la mayor barrera para la aceptación transgénero, tanto culturalmente como de acuerdo a la ley judía, algunas figuras de la comunidad están comenzando a hablar de la necesidad de encontrar un lugar para los judíos trans.”
To read this article, “Jewish Views on Homosexuality,” in English, click here.